miércoles, 16 de enero de 2008

FUTBOL. No vale solo jugar de tu a tu




Alves dice que "se van con la cabeza muy alta". Navas, que "han jugado de tú a tú al Barcelona". Jimenez que "una genialidad de Henry ha desequilibrado la balanza". Y Del Nido, esta vez, calla.


No me gusta el discurso. Algo falla. El equipo se conforma con no salir vapuleado por el Barcelona. Pero está eliminado. En octavos. El actual campeón. El todavía campeón.


Del Nido tendrá que tragarse su "vaticinio", pero seguro que lo que más le duele es el conformismo de su plantilla.


Es una especie de resignación consentida. De que la empresa era imposible ante el todopoderoso imperio blaugrana. El Sevilla ha empequeñecido un poco más anoche. No ha dado muestras de superioridad en la eliminatoria. No puedes eliminar al Barcelona marcando un solo gol en 180 minutos. Es imposible. Quizás el baño de humildad venga bien al equipo. Pero la eliminatoria copera ha destapado dos cuestiones preocupantes: La enorme dependencia hacia un jugador como Kanouté y la perdida del empuje y garra que tenia el equipo cuando lo entrenaba Juande Ramos.


La ausencia de Kanouté en el equipo, deja a un pollo sin cabeza, a la nave sin timón. Es la referencia del ataque sevillista. Pero también es la cabeza pensante del equipo. Distribuye el ataque, para el juego o lo acelera según las circunstancias, asiste, marca. Y por supuesto, falla. No es Dios. Pero es el jugador más valioso del equipo con diferencia. Incluso más que Poulsen que ha hecho una eliminatoria magistral y, en particular el partido suyo de anoche fue de diez. Perdió solo un balón en todo el partido de innumerables toques que dio. Increíble, tiene los nervios de acero.


Respecto a la garra y empuje, anoche pudimos apreciarlo. El equipo iba a trompicones. Después de un inicio de partido en el que se adueñó del centro del campo(con el permiso del Barcelona que esta vez jugó más "Sevilla" que nunca, esperando a su oponente atras y saliendo a la contra), no supo luego concretar ese dominio y apenas inquietó la porteria de Victor Valdés. De hecho la única ocasión clara del partido la tuvo de nuevo Chevanton (que lo veo más de predicador de masas o monitor en un centro de toxicomanos que de lo que es, o vino, un delantero con facilidad goleadora) en el minuto 1 de partido cuando no acertó a rematar a bocajarro un preciso pase de Alves . El Sevilla por momentos se desmelenaba y hostigaba alrededor del área de Valdés, y de repente, como si fuera una temeridad el hecho, volvía a replegarse y jugaba de forma conformista.

Así llegamos al final del partido con el 0-0 inicial, algo muy difícil de ocurrir cuando estamos de hablando de dos equipos muy goleadores. Pero es que el Barcelona jugó más a defender que atacar y el Sevilla jugó a lo que pudo que fue bien poco. No vale solo jugar de tú a tú para ganar, querido Navas.

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